Maqueta de sofisticada construcción y tallado laborioso que al acabar pudo ser puesto en una base cuadrada solida y que pudo ser sostenida a la vez en la palma de una mano, considerando la cantidad de elementos que componen esta iglesia, respetándose el total de los edificios trabajados en todas y cada una de sus caras, manteniendo los colores vivos propios de esta famosa e histórica catedral rusa conocida como San Basilio, construida por orden del Zar Ivan el Terrible, en pleno siglo 16..